lunes, 2 de junio de 2014

EL REY HA ABDICADO. ¡SALUD Y REPÚBLICA!

El Rey ha abdicado y lo sucede Felipe. No deseo que su reinado se alargue. Más allá del BOL(UDO)chevismo de PODEMOS, IU o Equo y de la socialtontocracia de un importante sector del PSOE; somos quizá millones los españoles que anhelamos la llegada de una República. Aunque claro, no de cualquier República. Yo, por mi parte, por lo que me inclino es por una República que no implique tirarnos de cabeza a la piscina de aguas fétidas de una nueva Guerra Civil en la que nos obligarían a bañarnos los partidarios de la nefasta bandera tricolor (y muy especialmente los que sustituyen el escudo por la despreciable estrella roja libertoclasta).

Abogo por una República verdaderamente democrática que se establezca, igual que lo hizo esta Monarquía, "desde la emoción en el recuerdo de Franco". Lo que a muchos españoles les parecerá contradictorio -dado que, innegablemente, no por necesario fue Franco menos dictador; y no por establecer una República sobre la base del reconocimiento a la labor aún no del todo desvirtuada de Franco se borra la realidad conocida de que éste era monárquico y entronizó a un Juan Carlos I que no ha hecho otra cosa que traicionar la inmejorable herencia recibida-, pero no por ello deja de ser la única salida sensata y digna que yo le veo al país.

Pienso en Batman cuando le dice a Gordon, al final de "El Caballero Oscuro", aquello de que "O mueres como un héroe, o vives lo suficiente para verte convertido en un villano". Algo como eso es lo que le ha sucedido al pueblo español. Que lejos de honrar a los que lo han beneficiado, como hizo el Caudillo -que debería recibir cumplido homenaje los días 1 de abril y 18 de julio de cada año como verdadero Padre de la Patria que fue-, los vilipendian y se deshacen en elogios hacia los indeseables que en su día forzaron a auténticos héroes como lo fue Franco (de quien buenamente se puede decir que fue "el héroe que España se merecía Y TAMBIÉN el que necesitaba en ese momento") a intervenir para impedir que la nación que sin duda alguna aquellos valientes amaban con todo su corazón fuera arrojada por el totalitarismo patrio BOL(UDO)chevique al estercolero de la Historia.

Y peor aún, votan por los sucesores de aquella cuadrilla de maleantes masivamente, como pudimos comprobar en las elecciones europeas del pasado 25 de mayo. Graves pecados individuales y colectivos por los que ya estamos rindiendo cuentas. ¿O alguien cree que es casualidad el proceso de creciente autodegradación que sufre nuestro país? Yo no me animo a afirmar tajantemente que sea castigo de Dios. Pero tampoco seré tan temerario como para negar por completo semejante posibilidad... IHS

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